Mis pasos se escuchaban en la acera, era tarde, lo sabía y no me importaba: tenía que llegar, por nada en el mundo podía faltar, tenía que verte y entregártelo. Pronto lo que fueron pasos a mediana velocidad se volvieron zancadas y cuando menos me di cuenta ya estaba corriendo como si mi vida dependiera de ello. Quince minutos, tenía quince minutos para llegar a tu trabajo, no podía esperar, era tarde y yo NUNCA llego tarde, mi corazón latía furiosamente contra mi pecho.
N/a: y bueno.... aquí esta, esto que me robo hora y media de trabajo (en tareas)
Mi respiración se torna irregular, nunca he sido buena en los deportes, en realidad nunca he sido buena en nada que no sea "llegar temprano", justo por eso estoy nerviosa, y me esfuerzo, falta tan poco y el injusto tiempo no se detiene; 5 minutos, aún falta un trecho muy largo.
Es un día especial, no puedo faltar ni llegar tarde; te conozco y sé de antemano, que si no me ves por ahí a la hora de siempre asumirás que lo olvídé y te irás, pero no. Simplemente las cosas se complicaron, yo también tengo cosas que hacer ¿sabes? Y me detengo dos segundos, me siento como una histérica, estoy peleando conmigo misma por algo que ni siquiera ha pasado. Tras haber reaccionado sigo corriendo, falta demasiado, quedan dos minutos y en mi desesperación mi mente me recuerda que tú y yo ya hemos pasado tres años juntos; si me puedo atrever, los mejores de mi vida. Tres años en los que desgraciadamente he hecho NADA por ti y tú te has dedicado a aguantarme, consolarme, hacerme reír y ser un gran amigo. De hecho, el único que tengo y al que más he querido, ese pensamiento me hizo reír.
Lo cierto es, que digan lo que digan, tu jefa, mi madre y nuestros demás amigos; yo te adoro con todo mi corazón, sí, pero no románticamente, es pura amistad. Una vez escuché que decían que la verdadera amistad es un tesoro muy valioso y difícil de encotrar; bien pues yo creo haberlo encontrado en ti, somos diferentes en extremo, tanto, que eso nos vuelve compatibles, nos hace caminar a lo idiota por mucho rato mientras hablamos de cosas sin importancia. Sí, creo que tú eres MI verdadero amigo, no sé si yo sea TÚ verdadera amiga, y ciertamente no me importa, sólo sé que el ser conciente de que tú estas ahí, de que me entenderás o al menos lo intentarás cada vez que yo te hable de algo, es más de lo que nunca puede haber imaginado en alguíen.
Y eso fue lo que me hizo aferrarme a ti, tanto que incluso ahora, en contra de MI tiempo, de TU tiempo, de mi carrera, del cansancio y la tarea, el deseo de verte puede más, por fin he llegado y estoy justo sobre la línea de tiempo. Te veo desde lejos y naturalmente una sonrisa aparece en mi rostro, sé que me has visto llegar y no haces nada, esperas a que este cerca de ti. Y ahí está, la razón de estrés, ESA sonrisa que aparece cada vez que estamos juntos es justo lo que me hace pasar horas y horas sin aburrirme, hablemos o no....
Eres tú mi mejor amigo, lo que busqué mucho tiempo y por fin encontré, no pido mucho, sólo que no me dejes...
Salimos, hablamos, ya es hora de que te vayas, y entre risas y miradas tristes (te he dicho que no nos veremos pronto), te entrego eso que traigo conmigo, tu regalo de cumpleaños, me has hecho un par de preguntas bobas y yo me he reído, abres tu regalo y sé con TODA la certeza del mundo que el esfuerzo (de todo) ha valido la pena cuando sonríes y me das las gracias.
Pienso para mí misma, que de hecho lo que te dí es poco comparado a lo que tu me diste: tu amistad.
Yo nunca he comparado, porque me resulta imposible, el valor de las cosas materiales con el valor de tu amistad o de ningún sentimiento; sé que te quiero y eso es lo importante, el cómo te lo demuestre déjalo a mi imaginación...
N/a: y bueno.... aquí esta, esto que me robo hora y media de trabajo (en tareas)
Ojalá que le guste mucho a mis lectores (sí, ustedes fantasmas que alucino que leen)