Una noche de insomnio, pero no cualquiera, decidí salir a la terraza con un cigarro en mano y observar las estrellas pensado en tí.
Mala opción, decidí, mientras caminaba de regreso a la cama con las lágrimas surcando mi rostro y un sentimiento de impotencia apoderandose de mí.
Lo cierto es que pensar en tí resulta tan doloroso como vertir limón en una herida abierta: es lacerante.
Dejar que mi mente te recuerde, es dejar que los fantasmas del pasado se apoderen de mi presente y vacíen la poca felicidad que existe en mí.
Separarnos, eso fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Las circustancias lo volvieron así; si bien es cierto que en algún punto de nuestra vida (mientras fuimos jóvenes) nos juramos una eternidad, las cosas no fueron así.
Un accidente, una promesa rota... Después la nada el vacío y la negación.
Te habías ido y me habías dejado sola; justo como prometiste que NO pasaría, pero ya ves lo que dicen: uno no puede y no DEBE prometer el mañana y, sin embargo, rompimos esa regla, nos prometimos un mañana, un después, un por siempre.
El costo de romper esa regla, fue perderte... para siempre. La rompimos basándonos en la firme, infantil y TONTA creencia, de que mientras el amor fuera suficiente lo demás no importaba.
Olvidamos, de manera estúpida, que uno nunca controla el mundo ni el destino, que no puedes creer que todo irá bien porque entonces la vida vendrá y destruirá tu felicidad sólo por olvidarte de un pequeño pero decisivo factor: uno no controla el azar ni el destino.
Llámale como quieras, suerte o destino, eso no es lo importante, lo importante FUE que lo olvidamos, olvidamos que no controlamos todo, que en la realidad yo no sería capaz de protegerte de todo y tú, por obvia consecuencia, tampoco podrías.
Fue así como olvidar ese pequeño detalle destruyó nuestro castillo en el aire.
Lugar incorrecto + hora incorrecta = desenlace incorrecto.
Así acabó todo, una bala, una herida. Dos minutos sin latidos, sangre empapando mis manos al abrazarte, un grito desgarrador en mi gargante y lágrimas surcando mi rostro; lágrimas que aún hoy, un año después, siguen sin parar.
No fue justo, la vida no es justa y lo aprendimos a la mala. Y aquí estoy una vez más en una noche de insomnio, forzandome a vivir, obligándome a seguir adelante justo como tu lo querrías.
El problema: que yo te amo, que te extraño y la simple idea de vivir sin ti es inconcebible.
Aún con todo esto en mi mente, me recuesto en la cama, cierro los ojos.
Y como cada noche lanzó una promesa:
"Soñaré contigo, si puedo dormir..."
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N/A: Me disculpo de antemano por las posibles y seguras faltas de ortografía y gramática; tengo muuucho sueño y lo que quería era publicar para no olvidar este pequeño fragmento de debraye... Por cierto, esta "cosa" fue inspirada en un canción de División Minúscula de título SOGNARE, de hecho, me robé la última línea... ¿por qué?... bueno, porq quizé :)
Una última cosa, tengo otro fragmento muuy parecido, creyo yo a este, lo subiré como continuación, aunque enrealidad sean escritos paralelos, misma trama, misma intenció.
Buenas noches y gracias por leer... "si ya sé que nadie lee!" ;) Ginn off!!